Para llevar a cabo la transición ecológica, el sector de la música actual debe apoyarse en un cambio de hábitos y en la comprensión de los retos del sector por parte de las autoridades públicas. De hecho, el sector se está estructurando y cada vez se habla más de cooperación, coprogramación o de redes locales, prácticas respaldadas y fomentadas por determinadas subvenciones y convocatorias de proyectos. La sistematización de estos modelos de acción parece fundamental en el control del impacto sobre el medio.